29 septiembre 2006

Un héroe de nuestro tiempo

Escrito por Arturo Pérez Reverte

y dedicado a Irene y Tai, portadoras de la vela de la libertad en sus nombres y en sus vidas. Desdelcariño,
- n a c o -

Un héroe de nuestro tiempo

Ahí sigue, el tío. Aún no se ha vuelto un mercenario de la tiza, de esos que entran en el aula como quien ficha donde ni le va ni le viene. Tal vez porque todavía es joven, o porque es optimista, o porque tuvo un profesor que alentó su amor por las letras y la Historia, cree que siempre hay justos que merecen salvarse aunque llueva pedrisco rojo sobre Sodoma. Por eso, cada día, pese a todo, sigue vistiéndose para ir a sus clases de Geografía e Historia en el instituto con la misma decisión con la que sus admirados héroes, los que descubrió en los libros entre versos de la Ilíada, se ponían la broncínea loriga y el tremolante casco, antes de pelear por una mujer o por una ciudad bajo las murallas de Troya. Dicho en tres palabras: todavía tiene fe.

Aún no ha llegado a despreciarlos: sabe que la mayor parte son buenos chicos, con ganas de agradar y de jugar. Tienen unas faltas de ortografía y una pobreza de expresión oral y escrita estremecedoras, y también una escalofriante falta de educación familiar. Sin embargo, merecen que se luche por ellos. Está seguro de eso, aunque algunos sean bárbaros rematados, aunque los padres hayan perdido todo respeto a los profesores, a sus hijos y a sí mismos. «Voy a tener que plantearme quitarle de su habitación la play-station y la tele», le comentaba una madre hace pocas semanas. Dispuesta, al fin, tras decirle por enésima vez que lo de su hijo estaba en un callejón sin salida, a plantearse el asunto. La buena señora. Preocupada por su niño, claro. Desasosegada, incluso. Faltaría más. La ejemplar ciudadana.

Pero, como digo, no los desprecia. Lo conmueven todavía sus expresiones cada vez que les explica algo y comprenden, y se dan con el codo unos a otros, y piden a los alborotadores que dejen al profesor acabar lo que está contando. Lo hacen estremecerse de júbilo las miradas de inteligencia que cambian entre ellos cuando algo, un hecho, un personaje, llama de veras su atención. Entonces se vuelven lo que son todavía: maravillosamente apasionados, generosos, ávidos de saber y de transmitir lo que saben a los demás.

En ocasiones, claro, se le cae el alma a los pies. El «a ver qué hacemos todo el día con él en casa», como única reacción de unos padres ante la expulsión de su hijo por vandalismo. Por suerte, a él nunca se le ha encarado un chico, ni amenazado con darle un par de hostias, ni se las han dado, el alumno o los padres, como a otros compañeros. Tampoco ha leído todavía el texto de la nueva ley de Educación, pero tiene la certeza de que los alumnos que no abran un libro seguirán siendo tratados exactamente igual que los que se esfuercen, a fin de que las ministras correspondientes, o quien se tercie, puedan afirmar imperturbables que lo del informe Pisa no tiene importancia, y que pese a los alarmistas y a los agoreros, los escolares españoles saben hacer perfectamente la O con un canuto. Mucho mejor, incluso, que los desgraciados de Portugal y Grecia, que están todavía peor. Etcétera.

Y sin embargo, cuando siente la tentación de presentarse en el ministerio o en la consejería correspondiente con una escopeta y una caja de postas –«Hola, buenas, aquí les traigo una reforma educativa del calibre doce»–, se consuela pensando en lo que sí consigue. Y entonces recuerda la expresión de sus alumnos cuando les explica cómo Howard Carter entró, emocionado, con una vela en la cámara funeraria de la tumba de Tutankhamon; o cómo unos valientes monjes robaron a los chinos el secreto de la seda; o cómo vendieron caras sus vidas los trescientos espartanos de las Térmópilas, fieles a su patria y a sus leyes; o cómo un impresor alemán y un juego de letras móviles cambiaron la historia de la Humanidad; o cómo unos baturros testarudos, con una bota de vino y una guitarra, tuvieron en jaque a las puertas de su ciudad, peleando casa por casa, al más grande e inmortal ejército que se paseó por el suelo de Europa. Y así, después de contarles todo eso, de hacer que lo relacionen con las películas que han visto, la música que escuchan y la televisión que ven, considera una victoria cada vez que los oye discutir entre ellos, desarrollar ideas, situaciones que él, con paciente habilidad, como un cazador antiguo que arme su trampa con astucia infinita, ha ido disponiendo a su paso. Entonces se siente bien, orgulloso de su trabajo y de sus alumnos, y se mira en el espejo por la noche, al lavarse los dientes, pensando que tal vez merezca la pena.

28 septiembre 2006

dato

Año2005 - número total de inmigrantes legales en Japón
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25 septiembre 2006

self-portrait


en algún lugar de Soria
23.09.2006
- n a c o -

...y sobre todo estad alerta,
que las leyes del hombre no os confundan:
- Esta semana puede ser distinta de la anterior -

21 septiembre 2006

THE LOVELY WAY OF LIFE (II part)

Dedicado especialmente a Enrique y María
Foto: Meteoro

19 septiembre 2006

THE JUST MARRIED WAY OF LIFE


Sí -sí - sí - holahola...
Saludos a todos.
Silencio, por favor,
me gustaría decir unas palabras.

Pero diré otras.


Ayer, adelantándose una vez más a su hermano mayor, Enrique desposó a María, sellando con un fulminante por supuesto la cuestión crítica: ¿aceptas a..............por esposa/o? Pablito hizo el ademán de responder por ella, ésa me la sé, ésa me la sé... Y claro, María dijo !!. Entraron familia y familia salieron. Desde O S A K A os damos la enhorabuena, un abrazo enoooorme y os deseamos el mejor de los futuros. El de los valientes. Como vosotros.

Seguid mirando alto. La aventura empieza HOY.


a la cámara: n a c o

07 septiembre 2006

03 septiembre 2006

Amándome

Si mi padre fuera mi madre sería una mesa camilla.
Es lo primero que se me ha venido a la cabeza cuando me he puesto delante del recuadro en blanco que aparece en la pantalla.
Ayer me encontré con el dedo metido en el culo, esto no hubiera sido extraño si después no me hubiera llevado la mano a la boca.
Pienso que una experiencia como la de meterse el dedo en el culo es algo que deberíamos practicar todos al menos una vez en la vida excepto si tenemos flatulencia, debido a lo cual perderíamos por lo menos una uña, algo que tenemos que valorar, ya que sería una menos que cortarnos.
Es difícil que haya enfermedades de transmisión sexual, pero tenemos que tomar precauciones. El higiene personal es muy importante, tener las uñas cortas es de obligada necesidad. Unas uñas largas producen desgarros anales. Deben estar cortas y limpias, si las tenemos como las de un mecánico que está quitando la tapa del delco, pueden llegar a provocar una infección. Un desgarro anal es una putada, pero una infección en un ano desgarrado puede ser verdaderamente horrible.
No debemos intentar meternos el dedo mas allá del codo y mucho menos intentarlo hasta el hombro, ya que la postura sería un tanto embarazosa a la hora de llamar a urgencias (¿con que dedo marcaríamos?). Y si conseguimos marcar, no solo no podríamos evitar el descojone de los equipos de emergencias, sino que tendríamos que rechazar muchas ofertas de algunos circos para trabajar como contorsionista.
Para terminar este pequeño relato, sólo deciros: el culo es de cada uno, si me habeis juzgado por haberme metido en él, simplemente os animo a hacerlo y comprendereis lo satisfactorio que es.

La verdad no está ahí fuera, como diría Mulder, sino que está dentro de cada uno.

oscár

01 septiembre 2006

THE FIXING WAY OF LIFE

con la impagable [que no impagada] colaboración de PABLITO
[el sobrinito más salao del Reino]

- N A C O -