01 junio 2009

Domingo en París


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París. Nueve y media de la mañana. Jean-Paul se despereza en la terraza de un ático, café en mano, y mira distraído el pasar de las figuras lejanas. Un sorbo.

Piensa en su amada, una azafata de la Polinesia que conoció anoche y que todavía duerme, tras los visillos. Sonrisa. Un nuevo sorbo. El aroma de Colombia inunda los tejados de la Cité.

De pronto un español irrumpe en la plaza, ataviado con el típico chandal de color indescriptible, a medio camino entre el gris perla y la Feria de Sevilla, y nuestro pequeño Napoleón se atraganta de la impresión, comienza a toser exasperado, se mancha, se quema y profiere un sonoro Merde! que despierta a la exótica joven. Ésta se calza las zapatillas y sale del pisito a medio vestir.

Fin de la escena.


n a c o
diariodeunavenganza





viene de aquí

foto: Silvia en París









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