16 enero 2007

Mis perritos ( II )

Y yo voy y me quejo del mundo porque los amores me esquivan... pero, Pastora, enamorarse de ti fue fácil , ¿verdad? La primera vez que te vi fue al abrir el cuarto donde duermes con tus compañeros. Todos salieron, felices de poder correr y jugar, pero tú te quedaste sentada en un rinconcito, mirándome. Tardé unos segundos en darme cuenta de que temblabas, seguramente asustada porque nunca antes me habías visto, y a saber lo que te hicieron los que te conocían antes de que te encontrásemos vagando por las aceras. Me acerqué, clavé la rodilla en tierra y te abracé para que supieras que no te iba a hacer nada malo, que estaba allí para enamorarme de ti. Y después de todos estos meses, después de abrir la puerta de tu pequeño cuarto una y otra vez para limpiarlo, sigues rehuyendo mi contacto, porque te metieron el miedo en el cuerpo y no quiero saber cómo. Pero sé que tú también te has enamorado, Pastora, tal vez no de mí, pero sí del mundo, porque te hemos ayudado a comprender que el mal no está en la vida, sino en nosotros, los de las dos patas, pero no en todos. Algunos aún son (somos) capaces de amar, y menos mal, porque hace falta mucho amor y muchos ojillos inocentes como los tuyos para vencer al mal que nos rodea. Algún día el corazón vencerá, tú y yo lo sabemos, y ese día te acordarás de mí y de cuánto te quise.

E.C. ( www.fielamigo.com )

3 comentarios:

Anónimo dijo...

todo ese amor volcado en una criatura indefensa es admirable

n a c o

Anónimo dijo...

Inevitable, diría yo. Sólo devuelvo el amor que cada día me da mi pequeño gran grupo de "gente mágica".

E.C.

tron dijo...

qué bien que se lo des tú, de esa forma, seguro que no lo olvidará.